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Los Valores en la dinámica organizacional

Los Valores en la dinámica organizacional

Por: Rosalía Elizabeth Grados Zamorano

        Nayeli Beltrán García

     Escuela de Mercadotecnia

Una de las funciones básicas de todo directivo es la de procurar un alto rendimiento cotidiano de sus colaboradores, sea cual sea el tamaño y sector de su empresa, y no hay duda de que esto no se consigue por decreto. Para ello el director ha de saber manejar valores, y no solo de forma “constitucional” sino en el día a día. Algo tan simple y a la vez tan complejo, como es la existencia de unos pocos valores verdaderamente comprendidos y compartidos por todas las personas que componen la organización, es inmensamente más potente para cohesionar y encausar el esfuerzo que el más completo libro de procedimientos.

Los valores en muchas ocasiones son expresados en palabras cortas como: autonomía, libertad, justicia, igualdad, tolerancia, congruencia o responsabilidad. Sin embargo en la realidad son mucho más que eso ya que tienen la función de dar fuerza y encausar los esfuerzos humanos, tanto a nivel personal, como a nivel organizacional.

En relación a esto, Posner (1995) ha examinado en las instituciones educativas, la relación entre los valores personales y los organizacionales demostrándose que los valores compartidos fomentan fuertes sentimientos de efectividad personal, promueven altos niveles de lealtad para con la organización, facilitan el consenso acerca de los objetivos organizacionales clave y de las personas interesadas en la organización, fomentan el comportamiento ético, promueven normas convincentes acerca de trabajar con ahínco e interesarse por los demás, reducen los niveles de  tensión en el trabajo, alientan el sano orgullo en la organización y fomentan el trabajo en equipo.

Cuando pensamos en valores, generalmente tenemos en mente valores éticos, sin embargo la palabra valor tiene diferentes acepciones que resultan mutuamente complementarias. Según Soto,  (2005) hay que tener valor para dirigir en valores, porque son directrices de conducta estricta.

 La definición que da Mc.Devitt (2000) es: Los valores son  una convicción o creencia estable en el tiempo que conduce a un determinado modo de conducta o a una finalidad existencial.  Se puede decir, que los valores son aprendizajes que tienen una influencia en el actuar, que influye en la calidad del trabajo.

Por otro lado, desde la perspectiva económica, el valor tiene importancia en relación al criterio del mérito, adecuación, escasez, precio o interés básicamente económico (Schutz ,1962).

En relación a los procesos psicológicos, la palabra valor es una cualidad moral que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a afrontar sin miedos los peligros que incluyen arrojo y una conducta emprendedora (Rockeach, 1973), no se habla de valores meramente instrumentales como el dinero, sino aquello que atribuye un valor extraordinario que hace que la persona se conduzca de acuerdo a aquello que la organización espera, en términos de honestidad, entrega y servicio.

En este sentido, no existe necesariamente una correspondencia entre los valores éticos y los valores instrumentales, ya que partimos del hecho de que hay valores personales, como la realización, la familia, el prestigio, el status, la amistad, el reconocimiento o el respeto y valores sociales, como la supervivencia, la justicia social y los valores éticos- morales como, la honestidad, sinceridad, responsabilidad, lealtad, solidaridad, confianza, y bien común.

Hay también valores de competencia como la cultura, el dinero, la belleza, la iniciativa, el trabajo en  en equipo, el pensamiento positivo, la constancia, la entrega, la pasión y el coraje. La idea en este sentido es poder conjugar los valores personales, que son aquellos a los que aspira el individuo  para sí mismo y los valores éticos- morales que constituyen las aspiraciones o propósitos que benefician a toda la sociedad.

Se puede decir que asumir los valores de una organización en la que nos interesa estar es una responsabilidad individual. La práctica de los valores expresa el grado de compromiso que tenemos con la organización. La práctica de los valores requiere convicción. Todos sabemos que un trabajo bien hecho respaldado por valores es superior al que sólo se hace por cumplir con una orden.

Las personas valiosas en las organizaciones tienen un tipo de proactividad personal mucho mayor que el promedio del equipo, deciden practicar con ahínco aquello en que creen.

Así como las organizaciones evidencian comunicación en todo lo que hacen, dicen, dejan de hacer y decir, así mismo se hacen presentes sus valores.

Los valores compartidos logran desarrollar una cultura organizacional que permite un desempeño mucho mejor que las que no comparten significados similares sobre sus principios.

Es una decisión individual actuar de acuerdo con principios, por convicción, la actitud con la que eres parte de una organización y qué clase de persona eres dentro de ella. Hay que considerar que esa capacidad de decidir es la fuente de la plenitud como ser humano y que somos afortunados en participar en una organización que no solo promueve los valores “los vive”.

 

Referencias bibliográficas:

Mc Devitt, R. Giapponi, C. Tromley C. (2007) A Model Ethical Decision Making: The integration of Process and Content, Journal of Business Ethics 73: 219-229 

Posner, B. (1995) The Leadership Challenge, Jossey- Bass, Punjuan D. (1998) Gestión de Información en las organizaciones: Principios, conceptos y aplicaciones. Chile: Impresos Universitaria. 

Rockeach M. (1973): The Nature OF human Values. New York: Free Press

Schutz, A. (1962), Collected Papers, vol I, Arvid Brodersen (comp.) Martinus Hijhoff, La Haya.