La Academia de Líderes Católicos reunió a expertos con el objetivo de analizar, impulsar y aplicar la Doctrina Social de la Iglesia en la realidad contemporánea, especialmente en el contexto de América Latina.

Del 19 al 28 de julio, la Mtra. María Eugenia Cárdenas Cisneros, directora del Centro Anáhuac de Formación Integral de Posgrado (CALFIP), participó desde Nueva York en el IX Diplomado Internacional de Doctrina Social de la Iglesia: “Una agenda para el desarrollo humano integral, sostenible y solidario” (Los pobres en el corazón del desarrollo).

Este evento, organizado por la Academia de Líderes Católicos, reunió a cardenales, obispos, sacerdotes, autoridades universitarias, políticos y empresarios en un esfuerzo conjunto por reflexionar, dialogar y proponer formas de impulsar y aplicar la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) en la realidad contemporánea, especialmente en el contexto de América Latina.

El diplomado, centrado en una metodología basada en el trabajo en equipo y el diálogo, buscó fomentar la sinodalidad y el encuentro personal y comunitario. Desde la ponencia inaugural de Luis Enrique García Rodríguez, director del Diplomado Internacional, se destacó la necesidad de relacionar los principios de la DSI con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, abordando temas como la digitalización, urbanización, desigualdad y cambio climático en el contexto de la cuarta Revolución Industrial.

Durante las sesiones, se enfatizó la importancia del discernimiento y la apertura al diálogo, siguiendo la invitación del Papa Francisco a trabajar en comunidad. El evento subrayó que el desarrollo auténtico debe ser integral, promoviendo a todos los hombres y a todo hombre, basado en la dignidad humana y el bien común. En este sentido, se discutieron los valores y principios fundamentales de la DSI, como la dignidad, justicia, libertad y caridad, así como su relación con el desarrollo humano integral.

Un punto crucial fue la relación entre la DSI y la Agenda 2030, abordada desde la perspectiva de la Santa Sede. Al respecto, Monseñor Bernardito Auza, Nuncio Apostólico en España, ofreció una síntesis de la posición de la Santa Sede respecto a la Agenda 2030, destacando su participación en el proceso, la importancia atribuida a la agenda y las advertencias sobre idealismo, declaracionismo, pensamiento único, aplicaciones selectivas y colonización ideológica. Además, se señalaron reservas específicas sobre conceptos de naturaleza humana, género, sexualidad, derecho a la vida e institución de la familia.

También se hizo hincapié en la centralidad de la persona humana y la dignidad como ejes de la DSI, trascendiendo la esfera religiosa y abarcando aspectos de género, salud reproductiva, derechos de la familia y libertad religiosa. De igual modo, se resaltó la necesidad de un discernimiento comunitario y un consenso responsable y solidario, reflejando la propuesta de Pablo VI en “Populorum Progressio” de un desarrollo integral y solidario de los pueblos como nuevo nombre de la paz mundial, reafirmado por el Papa Francisco en su discurso ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU) en 2015.

El diplomado concluyó con una visión esperanzadora para el futuro, instando a la integración de la DSI con los ODS de la Agenda 2030 y promoviendo un desarrollo humano integral que responda a las necesidades actuales de América Latina y del mundo.