La Comunidad Anáhuac participa en la Peregrinación a la Basílica de Guadalupe 2025

Una jornada de oración y unión fortalecieron el espíritu de alumnos, docentes y administrativos en su peregrinación anual a la Villa.

Cada paso fue un acto de fe. Desde tempranas horas del 25 de febrero de 2025, la Comunidad Universitaria Anáhuac se reunió para emprender un camino de esperanza hacia la Basílica de Guadalupe, con la convicción de que cada peregrinación es un reencuentro con la Virgen. Alumnos, docentes, administrativos y representantes pastorales participaron en una jornada espiritual que fortaleció su compromiso con los valores universitarios, en un evento organizado por Pastoral Universitaria.

La salida desde los campus Norte y Sur marcó el inicio de la travesía con autobuses repletos de entusiasmo que trasladaron a los asistentes hasta las cercanías del recinto mariano, mientras que otros decidieron recorrer a pie la distancia, impulsados por la emoción de llegar a los pies de la Virgen. En el trayecto, el rezo del Rosario y los cantos del coro envolvieron el ambiente de devoción y reflexión.

Los peregrinos Anáhuac llevaron un altar en honor a la Virgen de Guadalupe, adornado con listones que representaban las peticiones personales de la comunidad. La Virgen Peregrina pasó por cada área y facultad de nuestra universidad, recogiendo las intenciones de quienes la recibieron con devoción. Cada nudo atado simbolizaba un anhelo, una acción de gracias o una petición, entregados con fe y la certeza de que María intercedería por ellos.

Esta celebración eucarística fue presidida por nuestro rector el P. Cipriano Sánchez García, L.C., junto con los concelebrantes: P. Lucas Tenier, L.C., P. Peter Mullan, L.C., P. Alfonso López, L.C., P. Antonio Cabrera, L.C., P. César Hernández, L.C., P. Enrique Tapia, L.C., P. Sergio Salcido, L.C., P. Manuel Reyes, L.C., P. Melchior Poisson, L.C., P. Gaspar Guevara, L.C., P. Oscar Macías, L.C., P. Francisco Aguilar, L.C., P. David Jiménez, L.C., P. Enrique Dávila, L.C. y P. Daniel Zorrilla, L.C.

La Eucaristía en la Basílica reunió a miembros de la Universidad Anáhuac Puebla, Oaxaca y Veracruz. El Padre Cipriano, en su bienvenida, resaltó la importancia de encontrarse como familia universitaria ante la Madre de todos. Sus palabras invitaron a la comunidad a reflexionar sobre las inquietudes y preocupaciones que a veces nublan el corazón, enfatizando que en María siempre hay consuelo y guía.

La homilía recordó que la esperanza es el don más grande que la Virgen de Guadalupe ha otorgado a estas tierras, pues su aparición no solo fue un milagro, sino un mensaje de fraternidad, servicio y amor misericordioso. En este año del Jubileo de la Esperanza nos invita a reconocer que todos somos peregrinos en busca de luz en medio de nuestras noches, guiados por la certeza de que María nos acoge bajo su manto. Así como Juan Diego encontró respuestas en su caminar, cada peregrino fue llamado a reflexionar sobre el rumbo de su vida y su compromiso con los demás, recordando que la verdadera esperanza nace del encuentro, la fe y la unidad.

En este espíritu, los peregrinos tuvieron la oportunidad de atravesar la Puerta del Jubileo de la Esperanza en la Basílica de Guadalupe, un símbolo de renovación espiritual y de confianza en que Dios camina con nosotros.

El distintivo color naranja de las camisetas de los peregrinos no solo identificó a la Anáhuac, sino que se convirtió en símbolo de unidad y esperanza. El mensaje final de la misa resaltó la responsabilidad de cada universitario de ser testigo de esa esperanza en su entorno, transformando con su formación y valores la sociedad en la que se desenvuelve.

Con el corazón lleno y el espíritu fortalecido, la Comunidad Anáhuac cerró su peregrinación con la certeza de que la Virgen acompaña cada sendero y de que su mirada de amor es un faro que ilumina el caminar de quienes buscan en ella refugio y guía.