El cierre de año
Un artículo del Centro Psicopedagógico Anáhuac en el que se nos invita a reflexionar sobre el significado del cierre de año.
El Centro Psicopedagógico Anáhuac, a través de su Clínica Anáhuac Cenyeliztli, comparte un artículo de la maestra Verónica Alcántara quien exhorta a tomarnos el tiempo para analizar las experiencias que a lo largo de esos 365 días fueron conformando a la persona que somos al terminar el año.
El cierre de año
¿Qué es cerrar un año? Es probable que cada persona dé un significado distinto frente al fin de año, que pueden ir desde: “la fiesta”, “las vacaciones”, “la familia”, hasta reflexionar sobre logros, frustraciones, desaciertos y aciertos. Una misma persona puede hacer estas reflexiones algo contradictorias que coexisten en nuestras mentes y son parte de la mayoría de los seres humanos.
Con estas contradicciones y con la premura que también caracteriza a esta época, es el momento de analizar lo que el año que termina nos ha dejado de lecciones en la vida de cada quien.
Si tuvieras que ponerle un nombre que describiera a este año que concluye, ¿cuál sería ese nombre? ¿Te gusta el nombre que le has puesto?
Si el nombre que has dado a este año no es del todo de tu agrado, te tenemos buenas noticias: es probable que aportes al siguiente año una descripción más satisfactoria.
Porque más que hablar de qué tipo de propósitos son los que al inicio del año planteamos, la invitación es a tomarnos el tiempo para analizar las experiencias a lo largo de esos 365 días que fueron conformando a la persona que soy en este cierre de año. Experiencias que me ayudaron a madurar o que limitaron mi crecimiento personal.
Aquí es donde cabe el retomar los propósitos no logrados con la reflexión del por qué no se cumplieron; hacer un alto y pensar que evolucionar como ser humano no es bajar de peso, hacer ejercicio todos los días, comer sano, etc., en realidad es crecer en el amor.
El análisis de lo positivo en nuestros actos
Analizarme de tal manera que, aunque reconozca la parte negativa de mi forma de ser, pueda trabajar en mejorar esas actitudes que entorpecen mi crecimiento personal y mi relación con los que me rodean.
Reconocerme como la persona valiosa que soy, a la que tengo el deber de cuidar y de la que tengo que hacerme responsable, porque Dios no hace basura.
Comprenderme. La historia que me antecede no puede ser cambiada, pero sí reinterpretada.
Apreciarme. ¡Cuánto esfuerzo he tenido que hacer para ser lo que soy!
Agradecerme el haber perseverado con el cuidado de mi salud física y emocional.
Bendecirme por haber buscado mi crecimiento espiritual.
¿Sabías que… los cambios de actitud y de conducta se inician con la disciplina amorosa hacia uno mismo?
Esto refuerza la motivación para seguir en el día a día, incrementa la constancia que permite cambios más tangibles, modifica esa mente que retoma viejas historias negativas de uno mismo.
Recuerda que todos tenemos diferentes propósitos en la vida, pero iniciar cada propósito con esa disciplina amorosa hacia ti mismo hará la diferencia.
¡Sin duda el ser amable con uno mismo aporta amabilidad a la misma vida!
*Verónica Alcántara Quintero es licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestra en Terapia Familiar por el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia A.C. (ILEF) y psicoterapeuta en práctica privada y en la Clínica Anáhuac Cenyeliztli.
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El Centro Psicopedagógico Anáhuac, integrado por la Clínica Anáhuac Cenyeliztli, la Coordinación de Orientación Vocacional Anáhuac y el Programa de Apoyo al Estudiante (PAE) de nuestra Universidad, tiene como misión atender y mejorar la salud mental de alumnos, profesores, personal administrativo, egresados y público en general. Trabaja en favor de la salud y del bienestar de las personas y familias mexicanas en proyectos formativos, de intervención y de servicio a la sociedad.
Más información:
Centro Psicopedagógico Anáhuac
Mtro. José María López Landiribar
jmlopez@anahuac.mx