Innovación, ¿dónde y cuándo se origina?

En el presente artículo se realiza un análisis sobre la historia de la innovación y el desarrollo tecnológico en diversas regiones del mundo. 

El maestro Guillermo Híjar Fernández, director del Centro Anáhuac de Ingeniería Empresarial, comparte un interesante artículo en el que aborda el desarrollo tecnológico, las regiones geográficas en las que se localizan las empresas más innovadoras, la diferencia entre expropiación y tributación, entre otros interesantes temas vinculados a la innovación. 

Políticas de innovación: ¿Dónde y cuándo se origina la innovación?

La innovación nació con la libertad individual y la seguridad jurídica de protección a las invenciones que se garantizaron por primera vez en el Reino de la Gran Bretaña de la segunda mitad del siglo XVIII.

¿Qué impulsó la innovación?
En aquella época, la sociedad inglesa había atravesado la crisis del siglo XVII de una manera particular: mientras la Europa meridional y oriental reafirmaba el feudalismo y establecía monarquías absolutas, la revolución gloriosa de 1688 determinó el establecimiento en Inglaterra de una monarquía parlamentaria basada en la división de poderes, la libertad individual y un nivel de seguridad jurídica que proporcionaba suficientes garantías para el empresario privado. Síntoma importante fue el espectacular desarrollo del sistema de patentes industriales.

La introducción de la máquina de vapor de James Watt, patentada en 1769 y usada en diversas industrias, fue el paso definitivo en el éxito de la libertad individual y el consecuente incentivo para emprender e innovar, pues el uso de esta máquina significó un aumento espectacular de la capacidad de producción y del valor generado.
A partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo había hecho nunca en la historia, pues hasta entonces el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos.

Fuente: ourworldindata.org

Los primeros focos de desarrollo tecnológico aparecieron en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII y subsecuentemente se extendieron a Bélgica, Francia, Alemania y Estados Unidos a mediados del siglo XIX.

Esta progresión se suscitaba a medida en que las naciones soberanas se hacían más incluyentes y menos extractivas, es decir, identificaban a la iniciativa privada como el verdadero motor de la economía.

¿En qué regiones del mundo se invierte más en innovación? 
Hoy en día podemos identificar tres grandes regiones en el mundo que concentran prácticamente la totalidad del desarrollo tecnológico disruptivo: Norteamérica, Asia Pacífico y Europa Central. En estas regiones están incorporadas 1,718 (92%) de las 1,874 empresas más innovadoras del planeta.

 
Elaboración propia con datos de The 2019 EU Industrial R&D Investment Scoreboard | IRI. (n.d.). Retrieved August 9, 2020, from https://iri.jrc.ec.europa.eu/scoreboard/2019-eu-industrial-rd-investment-scoreboard#

Los 35 países en los que están incorporadas las empresas más innovadoras pertenecen a diez regiones geográficas con características políticas y demográficas similares. En África no hay ningún país y en América Latina solo uno: Brasil. 

Expropiación vs. tributación
La característica común de los gobiernos de la gran mayoría de estos países es su política incluyente, es decir, que los ciudadanos, ejerciendo su libertad individual, invierten sus recursos en ciertas actividades económicas y usufructúan los beneficios resultantes de esta actividad, compartiendo una parte de estos con el gobierno a través del pago de impuestos. 

 
Los países que no aparecen en la lista generalmente tienen gobiernos extractivos que expropian los recursos de sus ciudadanos, excluyéndolos de los beneficios que genera su participación en las actividades económicas.

 
En términos absolutos de inversión en tecnología por parte de las empresas destacan las de Norteamérica, que contribuyen con el 41% del total mundial. Las empresas de las regiones Asia Pacífico y Europa Central lo hacen con el 27% en cada una. Las firmas del resto de las regiones solo aportan 5% del total, según se puede ver en la siguiente figura:

 
Elaboración propia con datos de The 2019 EU Industrial R&D Investment Scoreboard | IRI. (n.d.). Retrieved August 9, 2020, from https://iri.jrc.ec.europa.eu/scoreboard/2019-eu-industrial-rd-investment-scoreboard#

Si bien los gobiernos de algunos países invierten cuantiosas sumas de dinero público en investigación y desarrollo, los resultados no siempre se traducen en innovaciones tecnológicas que impacten a la sociedad, debido a la ausencia de incentivos que motiven a su implementación práctica. En sociedades extractivas como México, donde la inversión en este rubro es mayoritariamente pública, los investigadores prefieren publicar los resultados de su investigación antes que patentar, pues no perciben una adecuada protección a la explotación de sus invenciones. Asimismo, las empresas poderosas en este tipo de sociedades invierten muy poco en actividades de I&D, pues prefieren adquirir tecnologías ya probadas.

 
Elaboración propia con datos de The 2019 EU Industrial R&D Investment Scoreboard | IRI. (n.d.). Retrieved August 9, 2020, from https://iri.jrc.ec.europa.eu/scoreboard/2019-eu-industrial-rd-investment-scoreboard#

Cuando dividimos la inversión privada en I&D de las regiones entre el número de habitantes de estas para obtener un indicador de vocación tecnológica (euros por habitante), encontramos un contraste notable entre las sociedades incluyentes y las extractivas. Las naciones de Norteamérica, Europa Septentrional (países escandinavos) y Europa Central invierten más de 600 euros al año por habitante, mientras que, en las regiones de Asia Pacífico, Oceanía y Europa Meridional, solo se invierten entre 30 y 100 euros al año, y en las economías tradicionalmente extractivas de Asia Central, América Latina, Europa Oriental y Asia Meridional es casi nula la inversión privada por habitante.

Para que haya innovación, tiene que haber incentivos, es decir, la posibilidad de hacer dinero con los inventos. Esto solo puede darse en la iniciativa privada y con libertad individual. Además, se necesita un ambiento colaborativo y una población educada en ciencias y tecnología.

Como hemos visto, las posibilidades de desarrollo tecnológico en regiones como Europa Oriental, Latinoamérica y África son sumamente limitadas, pues los gobiernos extractivos que rigen en estas regiones no ofrecen las condiciones necesarias para ello.

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Guillermo Híjar Fernández es Ingeniero Mecánico por la Universidad Anáhuac México y Maestro en Ciencias en Ingeniería Mecánica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). También cursó el programa de alta dirección del IPADE Business School (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa).

Actualmente es director del Centro Anáhuac de Ingeniería Empresarial, que ofrece asesoría y capacitación para el fortalecimiento tecnológico de las empresas. Durante 10 años dirigió la Facultad de Ingeniería de la Universidad Anáhuac México y ha sido catedrático de la misma desde 1976.

Cuenta con una amplia experiencia de más de 25 años como director general de empresas industriales y de productos de consumo. Es miembro del MIT Enterprise Forum, organización no lucrativa que apoya el desarrollo de empresas tecnológicas mexicanas.