Durante estas últimas semanas, el tema de la inclusión ha estado muy presente en diversos foros. El día de hoy me permito compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el marketing inclusivo, que debe de estar basado en un esquema de diseño universal y accesibilidad y que puede formar parte de la mercadotecnia social.
Cuando escuchamos la palabra mercadotecnia hacemos referencia a un sistema de ventas de un producto o servicio, tal vez, sin imaginar que se trata de un sistema de estrategias para influir en nuestras decisiones para adquirir ese producto o servicio.
Hoy en día existen tres tipos de mercadotecnia aceptadas por la academia, siendo estas la comercial, la política y la social. La mercadotecnia o marketing inclusivo sería un atributo de ellas.
Como le hemos mencionado antes en este espacio, Kotler define a la Mercadotecnia Social como “el uso de principios y técnicas de mercadotecnia para influenciar a la gente para: aceptar, rechazar, modificar o abandonar algún comportamiento para beneficio del individuo o grupo de la sociedad”.
Ahora, ¿qué es la inclusión? Podemos referirnos a ella como toda actitud, política o tendencia que busque integrar a las personas dentro de la sociedad, buscando que estas contribuyan con sus talentos y a la vez se vean correspondidas con los beneficios que la sociedad pueda ofrecer. Este tipo de integración debe llevarse a cabo tanto desde el punto de vista económico, educativo, político, ideológico, etc.
Entonces, podemos decir que el marketing inclusivo es aquel que piensa en todas las personas y que tiene en cuenta las diversas capacidades y necesidades físicas, cognitivas, sensoriales y alimentarias.
El objetivo es que todos podamos resolver necesidades y satisfacer deseos consumiendo productos y usando servicios y entornos del modo más autónomo posible, confortable y seguro.
Para ello se han de ofrecer experiencias de uso accesibles a todos, y contribuir a la consecución de los objetivos económicos y sociales de la organización que lo aplica, así como los mensajes sociales, enviados a través de la mercadotecnia social, deben de tener estas mismas características y no excluir a ciertos grupos.
De la misma manera que la arquitectura está integrando la accesibilidad universal para orientarse a todo tipo de personas, el marketing ha de usar el diseño universal para poder ser inclusivo; que producto, precio, distribución y comunicación estén pensados para satisfacer necesidades y deseos en todo tipo de personas teniendo en cuenta su diversidad.
Esto sucede a través de mensajes que no limiten la accesibilidad y el cambio de actitud o creación de hábitos, que es finalmente de lo que la mercadotecnia social se trata.
La inclusión es un gran reto y tema muy sensible, lo que hace necesario no dejarla de considerar como uno de los atributos más importantes a la hora de diseñar una estrategia o campaña de mercadotecnia social. ¿O ustedes que opinan?
Más información:
Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac
Martha Elizalde Durán
martha.elizalde@anahuac.mx