¡Es una moda¡, ¡Es una forma de limpiar culpas por parte de los empresarios¡, ¡Solo sirve para evadir impuestos¡, ¡Es solo para los abraza árboles¡, ¡Es muy costoso¡, ¡Solamente aplica a grandes empresas ¡… Estas expresiones sobre la Responsabilidad Social (RS) son todavía comunes entre el sector empresarial en general y un poco más recurrentes en ciertos espacios del micro, pequeño y mediano empresario.
En general, la manera en la que construimos nuestra opinión sobre las cosas está determinada por un conjunto de factores: nuestra nula, media o amplia experiencia o vivencia en el tema; la información y calidad de la misma que tenemos sobre el fenómeno, así como por nuestra pre disposición o juicios previos. Así, es explicable que la percepción que tenemos de la RS esté basada en lo que nos imaginamos, pero no en lo que realmente significa.
Esto es relevante porque existe en ese imaginario la idea de que "la RS es algo así como": sembrar árboles, adoptar un camellón vial, donar recursos a una organización de la sociedad civil que atienda adultos en plenitud, y en casos extremos, un sistema de gestión altamente sofisticado que requiere de la creación de comités, normas, políticas y procedimientos complejos que solamente es posible implementar en empresas grandes con infraestructura suficiente de personal.
En la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México, estamos derrumbando esos juicios previos (prejuicios), inculcando en nuestros estudiantes de posgrado que provienen de diversas, micro, pequeñas, medianas y grandes empresas que la RS es una nueva forma de ver la realidad. Aquí, la RS es vista como una herramienta para materializar o instrumentar la ética tanto en los negocios como en nuestra vida, la RS se traduce en una nueva cultura organizacional y en una forma distinta de hacer negocios. Se trata de un abordaje diferente que se orienta a equilibrar la rentabilidad financiera del negocio con la rentabilidad social y el cuidado del planeta. Algo tan simple, pero tan retador como eso.
En las investigaciones doctorales que se han realizado por parte de nuestros alumnos de esta facultad, se ha demostrado que existe una relación directamente proporcional, por ejemplo, entre la RS y la productividad explicada a partir de acciones inducidas de RS que generan cambios positivos en el clima laboral. De esta forma, hemos demostrado que la RS es rentable, pero quedarnos ahí sería simplificar injustamente sus alcances. Los principales rendimientos de esta nueva forma de ver los negocios se observan en el mediano y largo plazo, su expresión más clara está dada en los cambios culturales que se generan en el empresario, en sus empleados, en sus proveedores y en las familias de todos ellos; quienes se ven contagiados por una nueva forma de ver la realidad, con una nueva forma de convivir con el planeta y una nueva forma de ser ciudadano. Hay que animarse a ser socialmente responsable, la inversión es baja porque el conocimiento del tema es accesible y sus rendimientos potenciales son enormes, visto así, la RS es una gran oportunidad de negocio y de vida.
Más información:
Académico de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac
Dr. Humberto Muñoz Grandé
humberto.munoz@anahuac.mx