Las historias y noticias falsas inspiran mayor sorpresa y disgusto, por lo tanto llaman más la atención, mientras que las verdaderas tienen más probabilidades de encontrarse con un sentimiento de tristeza, anticipación o confianza. Se sospecha que el valor novedoso de las fake news impulsa su difusión y veloz viralización.
“Una fake new existe en cuanto tiene un objetivo. Este objetivo puede ser directamente económico o bien puede tener un objetivo ideológico, ya que, influyendo en el pensamiento de la sociedad, se puede hacerla derivar hacia una línea ideológica”. Marc Amorós, periodista.
El concepto de fake news no es nuevo, lo que es nuevo es el fenómeno. Las fake news están de moda, pero no son una moda, sino que han existido desde siempre. Igual que la mentira, que existe desde que tenemos uso de la palabra.
Lo que ha cambiado es que antes las mentiras o rumores quedaban reducidas a un círculo de amigos o de vecinos y, en cambio, ahora con las redes sociales su difusión es masiva y generan opiniones y comentarios en segundos. Basta ver el ejemplo de este fenómeno en época de elecciones.
Las noticias ficticias publicadas en medios satíricos, si bien son formas de desinformación, no son consideradas fake news en sentido estricto, ya que su objetivo humorístico, su evidente falsedad y el contexto del medio en que se emiten no llevan a confusión a los lectores. Queda esto claro desde que uno las empieza a leer.
Curiosamente, la expresión fake news fue elegida "Palabra del año 2017" por el diccionario Collins y fue candidata a "palabra del año 2017" de la Fundación BBVA Bancomer en España.
Mucho se ha hablado sobre una posible y efectiva solución a este problema de comunicación y mercadotecnia, pero hasta ahora no se ha consensuado nada que pueda ser efectivo, pero hay manifiesto general: “Hay que educar la conducta humana”.
Más información:
Académico de la Facultad de Responsabilidad Social de Universidad Anáhuac México
Mtra. Martha Elizalde Durán
martha.elizalde@anahuac.mx