| La doctora Yael
                        Zonenszain participa en el XVI Foro Nacional y II Internacional de Educación en
                        Salud La coordinadora de
                      doctorados de la Facultad de Bioética se sumó al simposio sobre la importancia de
                      las humanidades en la formación del personal de salud.
                     Del 22 al 25 de noviembre
                      del 2021, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) inauguró el "XVI Foro
                      Nacional y II Internacional de Educación en Salud" en el que participaron de manera
                      virtual más de 30 especialistas de México, España, Chile, Estados Unidos y Reino
                      Unido para compartir sus experiencias y retos sobre la docencia durante la pandemia por COVID-19 a
                      modo de conferencias magistrales, simposios y buenas prácticas. | 
              
                | Sin lugar a dudas, la
                      bioética es dinámica y lo es en función de los avances vertiginosos de la
                      ciencia y la técnica. No obstante, asistimos a un empate entre éstos y la
                      reflexión ética, gracias a los constantes cuestionamientos sobre ámbitos de
                      la conducta humana que intervienen sobre la vida y sobre la salud. Así, este
                        número da cuenta del papel de la bioética como ciencia imprescindible en el
                        acelerado mundo de los cambios científicos, con temas que van desde la
                      preocupación por el éxito de los tratamientos médicos en el binomio de la
                      relación médico-paciente, hasta la ética en la investigación, las
                      intervenciones intrauterinas y sus implicaciones éticas y morales, la reflexión
                      sobre el actual entendimiento de la autonomía del paciente y los retos que implica pensar
                      en un sistema y en unos principios de acción global desde la bioética. En resumen,
                      este número comparte la inquietud de repensar lo dicho y lo planteado hasta ahora en la
                      bioética de nuestro tiempo.  En el primer
                        artículo, Robertha Mendoza plantea el tema de la adherencia terapéutica en
                        pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la
                      hipertensión y la obesidad, y reflexiona sobre las causas que llevan a los pacientes a no
                      cumplir con los tratamientos planteados por los profesionales y al consecuente deterioro de su
                      salud.  El segundo
                        artículo, de Ricardo Paéz, presenta una veta novedosa en el ámbito de la
                        investigación científica, que es la óptica desde la ética
                        pública para determinar el valor social de la investigación.
                      Tradicionalmente se ha planteado la ponderación de la eticidad de las
                      investigaciones biomédicas con seres humanos mediante la balanza riesgo-beneficio, pero
                      esto representa una visión individualizada que sólo contempla el beneficio para un
                      individuo, pero no para una comunidad, por lo que plantearlo desde los objetivos de la
                      ética pública implica ponderar el valor social que beneficiará no sólo
                      a un individuo sino a una comunidad.  El tercer
                        artículo de este número representa una discusión actual y muy relevante
                        para el avance científico en lo referente al diagnóstico prenatal, y
                      tiene que ver con las intervenciones médicas y quirúrgicas en el feto para corregir
                      anomalías congénitas. Milagros D’Anna y Gustavo Páez retoman las discusiones
                      planteadas en torno al estatuto humano del embrión en el ámbito de la medicina fetal
                      y de las intervenciones quirúrgicas en el feto, resaltando las bondades que se derivan de
                      la pronta detección de anomalías y de su consecuente tratamiento.  El
                        artículo de Victoria Fernández presenta una primera aproximación al gran
                        reto de «desterritorializar» el campo y objeto de estudio de la bioética general, para
                        retornar a las intenciones originales de Van Ranssaeler Potter, que tenían que
                      ver con el estudio de las ciencias de la vida y de la salud, mediante la puesta en práctica
                      de la bioética global. La novedad que nos presenta la autora radica en pensar que elcampo
                      de acción de la bioética no se ciñe únicamente a las ciencias
                      biomédicas ni al ámbito clínico, sino que su interés radica,
                      también, en otras realidades, como el entendimiento de la persona en sus relaciones
                      sociales y, por ende, de las comunidades como lugar de encuentro y crecimiento interpersonal,
                      así como de la naturaleza como casa común y de las generaciones futuras.  El último
                        artículo, de Paola Buedo y Florencia Luna, propone un replanteamiento del tradicional
                        principio de autonomía de la bioética principialista en lo referente a la
                      toma de decisiones en pacientes con alteraciones mentales. Las autoras advierten, además,
                      sobre la precaución que hay que tener en el concepto de vulnerabilidad, pues también
                      puede derivaren estigmas sociales impuestos que discriminan y no favorecen el respeto a la
                      persona.  Finalmente, en este
                      número se presentan dos reseñas:En la primera, Patricia
                      Hernández aborda lo planteado por Octavio Márquez en cuanto a las relaciones entre
                      las neurociencias y la neuro-bioética, la psicología y la psiquiatría, con la
                      finalidad de abordar el estudio de la salud mental dentro de la complejidad de sus relaciones y
                      desde la óptica de la persona humana como un todo y bajo una metodología inter y
                      transdisciplinar.
                    
                  En la segunda,
                      José Enrique Gómez álvarez hace una revisión de los temas abordados
                      por la Comisión Nacional de Bioética ensu vigésimo quinto aniversario, que
                      tienen como eje vertebrador los derechos humanos. Del Editorial
                      número 32, Vol.4.    | 
              
                | Elsa Díaz
                        López
 ¿Para Elsa
                        qué ha significado la bioética?
 La bioética vino
                      como una inmensa puerta que se me abrió para la reflexión, para enfatizar la
                      beneficencia de nuestro quehacer médico y trabajar con las sociedades de Ginecología
                      y Obstetricia en aspectos como la importancia del impacto del acto médico en el paciente y
                      en la sociedad y llevar así diferentes actividades directivas para un continuo trabajo en
                      la especialidad en todo el campo científico, bioético, técnico-digital.
                     La bioética nos
                      invita a los Gineco obstetras a llevar a cabo un profundo análisis en temas como;
                      Objeción de conciencia, aborto, eutanasia, maternidad subrogada, manejo de embriones,
                      participación en protocolos de investigación, comités de bioética
                      hospitalarios, comités de honor y justicia, manipulación genética, consulta
                      médica virtual, etc., donde los bioeticistas tenemos un gran campo de acción.
                     ¿Qué he
                        disfrutado más en el campo académico?
                       La proyección de
                      áreas de desarrollo conjuntando la bioética, el área administrativa y
                      médica-científica en beneficio individual y pensar que va a ser un acto de bien
                      común.
                      He disfrutado todos mis proyectos pero el que más me ha impactado y motivado a la
                      investigación ha sido el tema de desarrollo y análisis bioético de la tele
                      consulta médica sincrónica en Gineco obstetricia, el cual lo hemos trabajado con la
                      Facultad de Bioderecho en la Universidad de Buenos Aires y se ha plasmado en un capítulo de
                      libro digital, así como con el apoyo de la Universidad Anáhuac se sigue trabajando
                      con temas como antropología de la comunicación virtual y en espera de respuesta de
                      participación de foros de Bioética global y publicación en revista indexada.
                     El apoyo y la
                      dirección de los profesores de la Facultad de Bioética, la invaluable
                      dirección del padre Cabrera y las sesiones conjuntas con el resto de los investigadores de
                      nuestra Universidad me ha permitido y fomentado para seguir aprendiendo y plantear un trabajo
                      interdisciplinario que nos permita seguir plasmando proyectos conjuntos de trabajo
                      académico con proyecciones de beneficio social y donde la Bioética siga siendo una
                      guía fundamental para su desarrollo.    |