Resumen
La morbilidad y mortalidad por accidente cerebrovascular han incrementado durante los últimos años, principalmente en países de bajos ingresos, según la OMS, representan el 80% de los casos, debido a que ha habido un incremento en la prevalencia de los factores de riesgo asociados, principalmente aterosclerosis. Dado que los resultados neurológicos dependen de la forma y el período de tiempo en que se trata al paciente, el estudio de nuevos y mejores tratamientos farmacológicos y terapias preventivas es de gran importancia.
Diferentes mecanismos de daño están involucrados en la evolución de la lesión isquémica, y cada uno representa un objetivo para el tratamiento. Esta estrategia debe desarrollarse con el objetivo de inhibir uno o algunos de estos mecanismos dañinos, incluidos los que se originan a partir de la falta inicial de suministro de oxígeno y glucosa, hasta la respuesta inmune observada después del accidente cerebrovascular. El objetivo final del tratamiento debe ser reducir la morbi-mortalidad y, lo que es más importante, mejorar la calidad de vida de los pacientes induciendo neuroprotección y generando recuperación neuronal en un esfuerzo por reducir las secuelas neurológicas y la discapacidad permanente.