Resumen
La ética no sólo tiene la finalidad de encausarnos hacia la vida buena, sino que también es primera ratio para evitar el daño o perjuicio entre los seres humanos, por eso no puede estar ausente cuando nos proponemos desarrollar una cultura de paz. Se debe comenzar educando en el respeto a los derechos humanos, en los que se contienen los principios éticos consensuados por la humanidad, para fundamentar desde ellos una cultura de paz, imposible de alcanzar sino se promueven valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que favorezcan la preferencia por las formas pacíficas de solución de controversias entre las personas y los Estados. Ese ha sido el objetivo fundamental de esta obra, en la que autores de diferentes universidades y países reflexionan desde una perspectiva bioética sobre las diversas manifestaciones de violencia que aquejan a la humanidad y fundamentan propuestas para su mejor análisis, prevención y solución, en las que se transparenta un importante mensaje: debemos comenzar el cambio de nosotros mismos, transformando la perspectiva y la forma en la que enfrentamos y solucionamos los problemas, si queremos hacer realidad la aspiración a vivir en un mundo donde imperen la paz y la seguridad.