Resumen
Los medios se han vuelto la extensión de nuestra piel: tienen profundidad, densidad y un comportamiento que asemeja a un ser vivo. Son membranas traslúcidas y mutables incrustadas en redes mecánicas y digitales que unen el mundo orgánico con el electrónico. Son interfaces con base humana que convierten a nuestro cuerpo en un dispositivo de entrada para los medios de comunicación. Con esto, medios y vida se integran para tratar de dar mayor dinamismo, envoltura y profundidad a nuestras experiencias Los medios son interlocutores invisibles mientras reciben, registran, memorizan y reescriben nuestras acciones. Los medios nos hicieron visibles, nos dotaron de una piel en la que podemos tatuar todos los momentos de la vida. Dotaron de un extraño volumen nuestros anhelos, materializaron nuestros recuerdos. Sacaron nuestra vida de su hábitat tradicional. Nos pusieron en un terreno común, el de la mediación existencial; en esa paradójica condición en que todo en nuestra vida puede ser documentado, grabado, almacenado, curado, accesado, controlado, coleccionado, borrado, publicado, mostrado, transmitido, compartido, publicitado. En este texto el lector reflexionará sobre el grado de interacción entre los medios y los usuarios, comprenderá los factores que intervinieron para hacer del consumo un territorio de búsqueda y legitimación hipermedial.