Tuve la experiencia de trabajar en Azurmendi, un restaurante de 3 estrellas Michelin. Los primeros días fue difícil adaptarme al trabajo pues no estaba acostumbrado al ritmo de una cocina de ese calibre, y más porque vivía con otras 30 personas.
Sin embargo, al pasar de los días esas personas se convierten en tu nueva familia y te apoyan, ya que ellos se encuentran en la misma posición que tu como practicantes fuera de su país, que llegaron a aprender.