Se ha dicho que los niños y jóvenes son el futuro de cualquier país, que son el resultado de la crianza y educación de sus padres con la finalidad de formar hombres y mujeres de bien, personas que con sus diferentes cualidades lograran hacer grandes cambios y mejoras en su sociedad. Pero... ¿Qué pasa cuando el desarrollo de un niño se ve alterado?
Cualquier persona que tuvo una infancia anterior a los años 2000 tiene recuerdos inolvidables de tardes enteras de juegos diversos con sus hermanos, primos, padres, vecinos y/o amigos, llenas de muñecas, balones, juegos de mesa, juegos como escondidillas, saltos de cuerda, competencias de velocidad o paseos en el parque. Ahora en cambio, si observamos a las nuevas generaciones encontraremos a niños que desde muy temprana edad muestran un interés nulo e indiferencia por cualquier tipo de actividad que no involucre el uso de una tableta o algún “smartphone”. De hecho, un artículo publicado por CNN “When kids get first cellphone around the world” (2017), establece que en los diferentes países del mundo entre el 40 y el 80% de los niños cuentan con un celular antes de los 13 años.
Es innegable que cualquier dispositivo electrónico es llamativo a la vista de cualquier persona y aún más para los niños, razón por la cual los padres de familia en la actualidad han optado por ceder a las peticiones que sus hijos les hacen desde una temprana edad para manipular estos aparatos, ya sea para entretenerlos y distraerlos o como una manera de evitar que hagan desorden o alborotos en el hogar. Jean Jacques Rousseau, en su libro “Emilio” (1762), menciona puntos clave en la educación de un hombre de bien desde una edad temprana, destaca la importancia de que el niño viva una infancia llena de estímulos logrados a través de ejercicios y juegos pensados por sus padres, de manera que afine sus sentidos, habilidades físicas y la curiosidad por explorar su entorno natural, logrando alejarlo de cualquier tipo de vicios.
Con esto último, se denota la importancia de los estímulos a una temprana edad en las personas. La Academia Americana de Pediatras, en su artículo “New recommendations for children’s’ media use” (2016), explica que el uso de aparatos electrónicos en los primeros años de vida reduce el tiempo de juego y estudio de los infantes. Además, menciona que este uso puede provocar alteración en el ciclo de sueño de los niños y aunado a esto, promueve el sedentarismo reduciendo la interacción con el mundo real y con la sociedad, los cuales son elementos críticos en el aprendizaje de cualquier niño.
Claramente se puede inferir que una de las principales consecuencias de un uso desmesurado de cualquier dispositivo electrónico provoca una ruptura de la comunicación y de las relaciones personales, lo cual es un grave problema. La importancia de la comunicación en el hombre es abordada por Emmanuel Mounier en su libro “El personalismo” (1949), en esta obra se describe que la socialización es el primer movimiento que manifiesta el ser humano, aprendiendo por observación al prójimo, logrando una preocupación y conexión hacia su entorno. La ruptura de la comunicación en el hombre es la fuente de toda locura y provoca que el ser humano se pierda en sí mismo.
Dada la fragilidad que el ser humano puede llegar a presentar en diferentes momentos de su vida, es importante que los padres les brinden las herramientas necesarias a sus hijos para reducir la posibilidad de un quiebre en su persona, por ello es necesario que -tal como lo dice Tomas de Aquino en su obra “Comentario de la ética a Nicómaco” (1259-1253)- todo aquel que tienda a la virtud debe ser llevado de la mano firmemente desde la juventud para que goce y sufra de lo que le corresponde. Así mismo, Boecio en su libro “Sobre la persona y las dos naturalezas” (480-524), establece que la persona es una sustancia individual de naturaleza racional, y gracias a esto cada ser humano posee cualidades y aptitudes diferentes. Esto deja en claro que el estímulo en la infancia es necesario para el descubrimiento de estas aptitudes en el niño.
Aunado a la pérdida de las relaciones interpersonales de los infantes y de su desarrollo intelectual y físico, el fácil acceso a los medios de comunicación por parte de los niños presenta un riesgo inminente. Es bien sabido que el uso de dispositivos con acceso a internet constituye una amenaza debido a la presencia de contenido no apropiado para su edad, desde pornografía hasta un simple comercial, puede generar una gran influencia en las personas, especialmente en los niños, pudiendo alterar incluso la formación de su personalidad. Este tema es abordado en el libro de Michael Foucault “Vigilar y castigar” (1975), aquí Michael relaciona a la sociedad como una prisión moderna, donde personas ejercen un control desmesurado e invisible sobre otras, buscando una normalización del ser humano, es decir, quitándole al hombre su esencia individual.
Lo anterior denota la necesidad de que los padres supervisen el uso que sus hijos le dan a sus dispositivos ya que una realidad es que la tecnología es un elemento simbólico de la sociedad actual y que es imposible lograr que los niños estén alejados de ella, por lo cual la Asociación Americana para la Educación de los niños realizo una publicación en 2012 “Technology and Interactive Media as Tools in Early Childhood” invitando a los padres a permitir el uso de tecnología en los niños siempre y cuando fuera únicamente mediante juegos interactivos, con un horario limitado al día y con absoluta supervisión.
Artículos como el mencionado en el párrafo anterior requieren especial atención ya que este problema está creciendo exponencialmente, el periódico New York Times en su artículo “Many Children Under 5 Are Left to Their Mobile Devices” (2015), menciona que en el 2011 en Estados Unidos solo 38% de los niños menores a 8 años contaban con celular y para el 2013 esta cifra subió al 73%. Con el creciente uso de las tecnologías Jerome Morrisey en su artículo “El uso de TIC en la enseñanza y el aprendizaje” (2007), explica la necesidad de la inclusión de tecnologías de información en las escuelas con el fin de crear una mejor conciencia de su uso, así como la creación de reglamento de uso de tecnologías para prevenir situaciones de ciberbullying y protección de la privacidad.
Con todo lo anterior, concluyo que la tecnología representa una gran herramienta para el ser humano, nos permite realizar un sinfín de actividades, brinda la posibilidad de solucionar problemas y crear mejoras para la vida cotidiana y es actualmente un útil instrumento para fines didácticos en las escuelas. Sin embargo, considero que es un arma de doble filo, ya que en desmesura su uso provoca un rompimiento en las relaciones interpersonales. Además, constituye un peligro debido al fácil acceso que brinda a contenido no apropiado y amenaza la privacidad de las personas, por ende, debe de manejarse con absoluta responsabilidad, razón por la cual pienso que ningún niño debe de tener un acceso libre a ello.
Es imprescindible que los padres recuerden que las tabletas, “smartphones”, televisión, etcétera, no son mecanismos de distracción o de acondicionamiento para que los niños no sean inquietos, y que deben en todo momento supervisar y controlar la manera en la que los infantes (especialmente menores a 5 años) manipulan los dispositivos electrónicos, evitando la dependencia, la adicción y el sedentarismo a temprana edad a través de la estimulación con juegos didácticos e interactivos, y promuevan la actividad física y recreativa que facilite el desarrollo social de los niños logrando una formación de la creatividad y la personalidad de cada individuo, de manera que cada niño tenga una infancia sana y feliz, permitiendo un crecimiento y desenvolvimiento en la sociedad óptimo en su vida como adulto.