Julio Uribe Curn triunfa en la industria de la hospitalidad con la Hacienda Zotoluca

Nuestro egresado y empresario compartió su pasión por la arquitectura y la ganadería.

El empresario Julio Uribe Curn (Administración de Empresas, gen. ‘12) compartió con la Comunidad Anáhuac su pasión por el campo y la cultura mexicana, misma que lo llevó a encabezar en 2015 el proyecto de restauración de la Hacienda Zotoluca, ubicada en Apan, Hidalgo.

Nuestro egresado dijo tener la suerte de encontrar un trabajo que le llena en todos los sentidos: la industria de la hospitalidad. Nació en la Ciudad de México, pero creció en el campo entre caballos, vacas, sombreros y botas, también estudió en escuelas de la Red de Colegios Semper Altius donde le enseñaron la importancia de la ética, los valores y la religión, mismos que dijo “se aplican muy bien al campo, que es un santuario de vida y de muerte, donde vivimos las estaciones del año y las etapas de la flora y fauna silvestre”.

En entrevista, confesó que al terminar la educación preparatoria no sabía qué iba a estudiar. Por una parte, le motivaba la arquitectura, pero también le llamaba la atención el derecho, pues en su familia todos son abogados. Al no poder tomar una decisión, un examen de orientación vocacional lo encaminó a la arquitectura y a la agronomía, aunque jamás pensó que pudieran tener relación.

Finalmente, decidió estudiar Administración de Empresas en la Universidad Anáhuac México, donde también aprendió sobre mercadotecnia, contabilidad y leyes. Mientras estudiaba, comenzó a trabajar en una distribuidora de fondos de inversión, donde estuvo dos años, posteriormente laboró en una farmacia donde aprendió todo lo relacionado sobre las ventas en mostrador y la gestión de inventarios.

Tiempo después se le presentó la oportunidad de compra de la Hacienda Zotoluca, nombre náhuatl que significa “lugar donde abundan las palmas”, cuya propiedad tiene cerca de 500 años. Con la ayuda de su abuelo y de su padre arrancó el proyecto de restauración y remodelación. Al respecto, Julio explicó que comenzó a pulir el concepto para poder presumirle al mundo qué era lo que para él representaba felicidad en el campo.

Hoy, tras ocho años y con la intensión de diversificar el proyecto, creó su marca de ropa, sombreros y hasta de caballos. Considerado un hombre enamorado de su trabajo y afortunado de hacer lo que le apasiona, Julio consideró que el éxito está relacionado con el momento en el que descubres para qué fuiste hecho y cuáles son tus habilidades y talentos.

“Creo en Dios. Soy un fiel creyente y tengo una base espiritual muy sólida y fuerte. También creo que Dios nos creó a cada uno de nosotros con un talento y con una cualidad única, y cuando la descubrimos y la ponemos en marcha es cuando nos volvemos exitosos, porque si hay algo que no tiene valor económico es el sentirte satisfecho”, explicó. Por otra parte, dijo que el fracaso es cuando no te conoces y no sabes para qué eres bueno y qué es lo que tienes que hacer. “El fracaso es no autoconocernos”, aseveró.

Nuestro egresado aprovechó para dar un consejo a los futuros egresados, a quienes llamó a poner más énfasis y atención en lo que realizan, además de concentrarse en lo que tienen que aprender. De igual modo, les pidió construir su propio marketing, es decir, que se vuelvan su producto como persona, y que, después de generar una plataforma de credibilidad y honorabilidad, lo que hagan lo realicen con honradez.

Finalmente, habló del papel de los jóvenes en el campo de la hospitalidad, las herramientas tecnológicas a las que tienen acceso y la responsabilidad a la hora de comunicar. También habló de su visión a largo plazo en convertirse, a través de la Hacienda Zotoluca, en una red que impulse el ecoturismo y el patrimonio histórico.